Hace ya algún tiempo una persona me dijo "Si alguien puede cambiar al mundo, ése sos vos!" Cuando uno escucha ése tipo de frases por primera vez lo primero que uno piensa es ¿Será cierto? ¿Porqué dirán algo así? "Pero si yo soy muy hostil como para...." en fin, muchas frases que surgen y contradicen lo bueno que nos han dicho. Pero si lo vemos de una manera distinta, podemos entender que si alguien nos dice sinceramente frases como la mencionada anteriormente es porque hemos hecho algo que ha impactado en la vida de alguna persona, hemos dejado a un lado por un momento el egoísmo, dando lugar así a la empatía por otras personas.
Muchas personas se llegan a reír o a tomar tonto cuando se habla del propósito que Dios le ha dado a cada persona, y es porque una de dos, o la persona carece de una autoestima que le permita creer lo mucho que puede hacer, o su necedad le hace creer que una persona debe ser autosuficiente; por muchos años yo fui la opción dos, siempre considere que uno se enreda en problemas por cuenta propia y que la salida depende del causante, uno mismo, cegándome a negarle ayuda a las personas, el porque de mi pensar así es una historia muy a parte.
Pero recordando las palabras de Dante Gebel de cuando empezó su ministerio, el imaginaba que cambiar el mundo iba a ser llenar estadios, pero no, el comienzo era con los que tenía al rededor, y es justamente lo que hace poco vi, estaba en una red social, ya me había despedido, cuando de repente vi a alguien hablando de suicidio, de no valer nada y fue curioso, pues la persona que lo decía usualmente tenía un tono agrio, sarcástico y egocéntrico en lo que decía, pero luego de hablar con él, aconsejarlo y tratar de calmarlo, termino con un "Ojalá a mi alrededor hubieran personas como tú carnal" (era mexicano) y es donde te das cuenta que en el plan perfecto de Dios, caes como un agradable "accidente" para ayudar a otros, para demostrar para lo que también estamos hechos, talvez no podamos cambiar a todo el mundo, pero podemos cambiar el mundo de las personas escuchándolas, aconsejándolas...y haciendo lo que muchos no hacen. Hace poco escribí el cambio que genera un abrazo en otros, y justamente a esta persona las palabras le brotaron con más facilidad después de un "tranquilo, te mando un abrazo" cambiar el mundo no necesita de grandes conocimientos, necesita de un gran corazón dispuesto a ayudar, hacer lo que Jesús haría en nuestro lugar.
Piensa, en tu alrededor, en tu casa, escuela, trabajo...en fin, ¿Qué haría Jesús en tú lugar?
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